30 de septiembre de 2018

La mítica Studio 54


Esta pedazo de discoteca se abrió en Manhattan en 1977 y se clausuró en 1980. Desde los '50 a los '70 había sido un estudio de grabación de la cadena CBS. La música disco, las drogas y los encuentros sexuales (el local lo gestionaban dos tipos, uno de ellos era Steve Rubell, abiertamente homosexual.) la convirtieron en un local mítico. El lema de Steve era una frase de William Blake: "El camino del exceso lleva al palacio de la sabiduría". Todavía no existía el SIDA (su era comienza en 1981) así que la gente aprovechaba... La fiesta de inauguración fue un acontecimiento único, se enviaron unas 5000 invitaciones a personas elegidas, entre las que asistieron Andy Warhol, Calvin Klein, Mick Jagger, Salvador Dalí, Liza Minelli, Donald Trump, Woody Allen, Cher, Warren Beatty, Frank Sinatra y muchos más. Esto es una fiesta y no las que hacemos nosotros con música baja de volumen y cubos de fregona.

14 de septiembre de 2018

This is the end

El último concierto de The Doors. Nueva Orleans. 12-XII-1970
“La noche del 12 de diciembre de 1970 los Doors estaban contratados en Nueva Orleans. Jim tenía un aspecto algo abstraído mientras el grupo empezó con Soul Kitchen, pero él gritó la letra con convicción, y el repleto local se dispuso para lo que ellos pensaban sería un gran concierto. Cuando levaban cuatro canciones, Jim empezó a caerse en pedazos. Intentó contar algunos chistes flojos, y nadie rió. Cuando el grupo siguió de nuevo, él olvidó la letra. Entre canciones se tambaleaba como si sufriera un ataque, y el gran local se quedó en silencio cuando el público musicalmente experimentado intuyó que algo andaba mal. Luego, a la mitad de Light my fire, Jim Morrison se derrumbó en el escenario. Dejó de cantar y se dirigió hasta la plataforma de la batería y se sentó. No hizo la entrada al final del solo de guitarra, incapaz de ponerse en pie, de modo que el grupo ansiosamente siguió con otra parte instrumental. Cuando Jim debía terminar la canción, John Densmore puso la bota en medio de la espalda de Jim y lo empujó hacia delante de manera brusca. De nuevo en pie, agitándose con ansiedad y rabia, Jim estalló en una furia atormentada. Agarró el soporte del micro y se puso a estrellarlo contra el suelo, una y otra vez, hasta que las tablas de madera empezaron a astillarse. Los chavales de delante lo miraban conmocionados. Luego el soporte del micro se partió en dos. Jim solo paró cuando Vince Treanor, el road manager, salió detrás de los amplificadores y puso una mano tranquilizadora en su hombro. Jim abrazó a Vince para apoyarse, y se quedó así, con la mirada fija, respirando hondo, mientras los Doors terminaban la canción. Luego soltó el micrófono y se fue tambaleando del escenario. El concierto había terminado. Y los Doors también.”
Jim Morrison, Stephen Davis. Ediciones RobinBook, 2005.