22 de diciembre de 2017

El último grito de desesperación de Vic Chesnutt

El gran y poco valorado en nuestro país Vic Chesnutt
At he cult fue la despedida del gran Vic, su último disco antes de decir adiós a este mundo que no le trató nada bien. Con 18 años tiene un terrible accidente que lo deja en una silla de ruedas, con únicamente dos dedos hábiles de su mano derecha, multitud de operaciones a lo largo de su vida, dolores constantes y una sanidad estadounidense que lo lleva a endeudarse indefinidamente. Hasta que dijo basta.

Aunque parezca mentira y pese a todo, Vic era un tío muy alegre.
Vic Chesnutt fue desde pequeño un apasionado de la música y a pesar de su situación y de sus limitaciones continuó con ella. Su gran oportunidad se la brindó Michael Stipe, que produjo su primer disco allá en 1990 llamado Little. A Stipe le fascinaron las letras de Vic, que van desde la protesta política a los sentimientos más íntimos, normalmente tristes y dolorosos, pero en su mayoría con un tono de humor. Yo compongo cuando estoy contento y cuando estoy triste. No me gusta escribir canciones tristes. Con los años he aprendido que, viniendo de mí, que voy en silla de ruedas, a veces las canciones tristes son demasiado para la gente. Muchos no lo pueden soportar y huyen. Yo hago canciones tristes y lentas porque me gusta ese tipo de música, pero no me gusta que todas sean en plan: estoy hecho polvo, el mundo es una mierda... En su último disco es tal vez cuando sus letras son más crudas, sin atisbo de esperanza, y su música más melancólica.

El grito de Vic Chenutt
El disco comienza con una maravilla, Coward. La misma se inicia de manera suave susurrando una cita del escritor Frank Norris: "la valentía de un cobarde es mayor que la de todos los demás". Y cuando Vic grita Soy un cobarde como nadie puede hacerlo (hay que señalar que le dolía al cantar, literalmente) la canción entra en un ambiente delirante gracias, en gran parte, al violín de Jessica Moss cual John Cale. Otra frase de esta canción nos dilucida en la situación que está Vic: "El coraje nacido de la desesperación y la impotencia". Tres meses después de la salida del disco se quitó la vida por pura desesperación.


Nos podríamos parar en prácticamente todas las canciones del disco. Pero la vida es corta y somos vagos. Otra maravilla es este Chain, un folk intimista con toques de jazz. Después de estos datos propios de críticos musicales, cosa que no somos, simplemente diremos que esta canción es sutil, bien hecha y te hace sentir, que es lo importante. Por cierto, el vídeo es de Jem Cohen, que tiene un documental reflexivo acerca de los imperios. En él no hay diálogos, sólo imágenes, poesía y la música de Vic Chesnutt. Se llama Evening's Civil Twilight in Empires of Tin. Merece la pena verlo, aunque sólo sea para disfrutar de la música.


La última canción que vamos a comentar no es de nuestras preferidas musicalmente (aunque cuanto más la escuchas más gusta), sin embargo, teníamos que poner la letra sí o sí. Flirted with you all my life. Él mismo dijo de ella: "He sido una persona suicida toda mi vida y esta canción viene a decir: ¡Adelante, Muerte! Estoy listo". Es, digamos, muy clara:

Soy un hombre
Soy consciente de mí mismo
Y donde quiera que voy
Siempre estás ahí conmigo

He coqueteado contigo toda mi vida
Incluso te besé una vez o dos veces
Y a día de hoy te juro que era agradable
Pero claramente no estaba preparado

Cuando tocaste a un amigo mío
Pensaba que iba a perder la cabeza
Pero descubrí con el tiempo que
realmente no estaba listo, no, no

Oh, Muerte
Oh, Muerte
Oh, Muerte
Realmente, no estoy listo

Oh, Muerte, me has acosado
Has diezmado a mis seres queridos
Te burlas de mí con tu dulce alivio
Eres cruel y constante

Cuando mi mamá tenía cáncer
Luchó, aunque al final se rindió
Pero se hizo de rogar por ti
Señor, por favor, estoy listo.

Oh, Muerte
Oh, Muerte
Oh, Muerte
Realmente, no estoy listo


El 25 de diciembre de 2009, en plena Navidad, se atiborró de relajantes musculares porque ya no podía vivir, no porque no quisiera, simplemente no le dejaron. At the cut fue su último grito de desesperación. "No me gusta demasiado hablar de estas cosas; he pagado pero ya no puedo, y la verdad es que no tengo ni idea de lo que voy a hacer. Parece absurdo que puedan encarecer esto tanto. Cuando pienso en todo esto, me pongo muy furioso. Podría morirme mañana por no poder pagar las operaciones que necesito. Podría morirme ahora en cualquier momento, cualquier día, pero no quiero pagar ni un céntimo más".

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