Albert Nelson nació un 25 de abril de 1923 en una plantación de algodón en Indianola, Mississippi. Durante su infancia cantó en el grupo góspel de la iglesia donde su padre tocaba la guitarra. Su padre abandonó el núcleo familiar cuando Albert era muy niño y con 8 años se mudó con su madre y sus hermanos (tuvo hasta 12) a Indiana. Allí creció cosechando algodón en la plantación de Forrest City. En esos años pudo escuchar a Howlin’ Wolf, Elmore James o T-Bone Walker. “Escuché la guitarra de Elmore James y un par de músicos más que conocí allí. Luego vino T-Bone Walker. Y eso fue todo. Simplemente mezclé todo aquello y como no obtenía exactamente lo que tocaban, puse lo mío.”
Mientras conseguía abrirse un hueco en la música Albert trabajó en plantaciones, en la construcción, etc. Su mote de bulldozer de terciopelo le viene de conducir una excavadora durante esa época, aparte de sus dimensiones, 2 metros y 110 kg, del sonido de su música y de su suave voz. Su primer trabajo como músico fue con la banda Groove Boys en Osceola, Arkansas. También cantó en un cuarteto de góspel llamado Harmony Kings.
En 1953 se mudó al norte, a Gary, Indiana, donde trabajó en una
fundición y tocó la batería en la banda de Jimmy
Red. Albert es la batería que suena en las primeras grabaciones de Jimmy. En Gary grabó su primer sencillo, Bad
Luck Blues y Be On Your Merry Way
en la cara B para la compañía Parrot
Records. No tuvo un impacto significativo. Por aquellos años Albert Nelson ya se hacía llamar Albert King en un intento de asociarse
con B.B. King. De hecho se anunciaba
como su hermano. Años más tarde llamaría a su guitarra Lucy, la de B.B. King era
Lucille. En palabras de B.B. King: “Llamó a su guitarra Lucy y
por un tiempo dijo que era mi hermano. Eso me molestó hasta que lo conocí y me
di cuenta de que tenía razón. Él no era mi hermano de sangre, pero seguro que
era mi hermano de blues.”
En el 54 volvió a unirse con
los Groove Boys.
En 1956 se mudó a Brooklyn, Illinois, al otro lado del río de St. Louis. Formó una nueva banda y pronto se convirtió en una atracción en la escena de los clubes nocturnos junto a Ike Turner, Chuck Berry o The Rhythm Kings (banda con la que tocó Albert Ammos años atrás).
Albert King con su primera Gibson Flying V.Año 58 o 59 |
En el Fillmore de San Francisco, 1968 |
En 1972 Dan Erlewine le construyó una Flying V con una pieza de nogal negro de 125 años que llevaba incrustado su nombre en el diapasón. Fue sometida a lo largo de los años a varias reparaciones, la más importante después de haber estado 24 horas bajo el agua debido a un tornado a mediados de los 80. Las 3 guitarras de las que hemos hablado, la Fying del 58, la del 66 y ésta del 72 están en posesión de un tal Steven Seagal. Posteriormente tuvo hasta otras 3 Lucy, una de ellas conocida como la Lucy rosa, otra se la regalaron cuando cumplió 64 años.
En el Festival de Jazz de Montreux en 1977 |
También en el 72 creó un buen álbum, I’ll Play The Blues For You. Lema que se dejaría ver durante los 80 en su autobús de gira. “Si no interiorizas el blues es que tienes un agujero en el alma.” A partir del 72 abrazó el Funk y con la bancarrota de la Stax en el 75 llegó un período mediocre. No fue el único bluesman que entró en desgracia, en éstos años con el atractivo principal de la música pop, rock y disco la mayoría de las compañías dejaron olvidados a los que tocaban blues o convirtieron su estilo en lo que se llevaba. Fichó por una compañía pequeña llamada Utopía y sus discos se convirtieron en un pop simplón demasiado arreglado, en los cuales se perdía el sonido de su guitarra. Lo único a destacar fue el disco Live Blues de 1977, con su actuación en el Festival de Jazz de Montreux que contiene un dueto con el gran Rory Gallagher en la canción As The Years Go Passing By. Tras cambiarse a la compañía Tomato Records y seguir en caída libre decidió parar durante 4 años.
Albert
King
volvió en 1983 con el disco San
Francisco 83. En este disco volvía a sus raíces, sin arreglos, guitarra,
bajo, batería y piano de 12 compases. Y para qué más. Una característica son
las charlas habladas de Albert
durante todo el álbum. Algo que no es novedoso en él ni en otros músicos de
blues, que a menudo se dirigían a la multitud con el respaldo rítmico de la
banda. No es que sea de los mejores de Albert
King, pero al menos es una vuelta al blues.
Aunque durante el resto de los 80 fue perdiendo otra vez fama. Pero, pese a los problemas de salud añadidos, continúo con giras y apariciones en diversos festivales. Estos últimos años viajaba junto a su banda en un autobús Greyhound en el que ponía, como hemos dicho antes, I’ll Play The Blues For You. En muchos de los festivales a los que acudía Albert King daba muestra de bastante indiferencia, pasando más tiempo ecualizando el sonido de su guitarra o dando órdenes a sus músicos que tocando.
En el 88 acudió al especial B.B. King and Friends. En los últimos años Gary Moore consiguió que la gente recordara que Albert King todavía seguía ahí. Tocó en su disco Still Got The Blues de 1990 y apareció como invitado, junto a Albert Collins, en los conciertos de su gira europea. En 1991 sacó su último álbum, Red House, en honor a la canción de Jimi Hendrix.
Murió de un infarto el 21 de diciembre de 1992 cuando estaba
preparando una gira a dúo con B.B. King.
Su cuerpo está en Edmonson, Arkansas
y su epitafio reza: I’ll play the blues
for you.
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